Franco y Juan: la tan esperada ‘tercera vía’ entre el dominio absoluto de Coello y Tapia y las hazañas doradas de Ale Galán y Fede Chingotto ahora tiene nombre y apellido: Lebrón y Stupaczuk. Y, seamos sinceros, por el espectáculo, la emoción y la pasión, es un verdadero placer verlos jugar.
En la segunda semifinal del motorola razr Miami Premier Padel P1, los llamados Invencibles (con solo una derrota en sus últimos 52 partidos, en las Finals de Barcelona), Mozart Tapia y King Arthur Coello, se enfrentaron a la pareja que aspira a convertirse en la gran alternativa: “El Lobo” Lebrón y Franco Stupaczuk. Finalistas en Riad al inicio de la temporada y campeones en el P2 de Cancún, su candidatura era clara.
La sensación es nítida: Lebrón por fin ha encontrado a su otra mitad, y Miami lo ha dejado claro. Independientemente del resultado final, la pareja arrasó en el primer set con inteligencia táctica y mucha personalidad, obligando a Tapia y Coello a ir a remolque hasta el 6-4. En el segundo set, Lebrón y Stupa se adelantaron 3-1 y tuvieron que resistir la previsible reacción de los números uno del mundo. Pero un Lebrón estelar desde el punto de vista táctico mantuvo el control hasta el 4-3, cuando un error inocente de Stupa regaló el punto de break, que Tapia aprovechó sin dudar.
Con el 4-4 en el marcador, el público sintió que los Invencibles estaban a punto de imponer su ley. Pero no.
Lebrón y Stupa demostraron de manera definitiva que son la tercera vía dorada del Premier Padel Tour. No titubearon ni se dejaron llevar por la presión. Volvieron a jugar con cabeza, aprovecharon la noche gris de Coello y Tapia y cerraron el partido con total merecimiento: 6-4. En la celebración contenida de Juan Lebrón se vio el gesto de quien, tal vez en el fondo, siente que está recuperando lo que un día fue suyo, en los tiempos de su exitosa sociedad con Ale Galán. ¿Se repetirá la historia? Lo veremos.
Por ahora, disfrutemos de la tercera final de Lebrón y Stupa con la sensación de que, como en un western, hay un nuevo sheriff en la ciudad… o mejor dicho, dos: Franco y El Lobo.